No sé muy bien cómo
empezar esto. Sabes que lo de dedicar unas palabras bonitas a alguien no se me
da muy bien, que no soy muy de decirlas todos los días, pero hoy es tu gran
día, y quiero felicitarte por tus dieciséis años.
Esto no será nada más que un simple recordatorio de que has tenido, tienes y tendrás una amiga
junto a tí.
Una ocasión para decirte que puedes confiar en mí para lo que
quieras, que no te voy a fallar, y que voy a estar a tu lado en los momentos
buenos y los malos.
Un buen momento para recordar, aunque sea, estos tres años que
llevamos juntas, estos tres años tan geniales.
Y sobre todo, para felicitarte por tus dieciséis años, que tanto
has querido.
Asique antes de nada, me gustaría decirte:
MUCHISIMAS FELICIDADES
TE QUIERO MUCHO :)
Nos conocemos desde
hace tres añitos solo, pero, ¿Sabes qué? Para mí es como si te conociera de
toda la vida, y eres como mi hermana.
Al principio no
hablábamos mucho, tú empezaste a entrenar con nosotras, pero solo conocías a
Andrea y nosotras nos conocíamos muy bien todas y era todo un poco extraño.
Pero poco a poco te fuiste incorporando y empezaste a ser una más. Al principio
me parecías un poco calladita, ¿Qué cosas verdad?, pero la verdad es que te
veía con pinta de ser maja. Y así poco a poco, empezamos a hablarnos, y cada
vez más. Empezamos a coincidir en las filas para rematar, recibir... y me fui
dando cuenta que no callabas ni con esparadrapo puesto en la boca, como pudimos
comprobar. Y así empezaron las cosas más raras que me he podido inventar en mi
vida. Las paraolimpiadas en sillitas de ruedas imaginarias, elmo y su casita,
una galleta fornicadora con doble pene, uno para dar por delante y otro por
detrás, y como no, el dibujito de la pista del medio del pabellón de la arena
que se nos parecía a una persona en silla de ruedas.
Por si no lo sabes,
estas gilipolleces, hacían que entrenar fuera algo divertido, y que se pasara
el tiempo más rápido. Que descubrí que no soy la persona más descoordinada del
mundo, y que no era la única a la que al lanzarse el balón a sí misma para
rematar se le pasaba al otro campo. Pero aunque al leer todo esto parezca que
pasábamos mucho tiempo entrenando, yo creo que estábamos más tiempo haciendo el
retrasado que entrenando enserio. Pero era divertido. Cada cuarto de hora
mínimo en el vestuario antes de entrenar y después eran lo mejor, y cuando
mirábamos a los tíos de vóley mientras bebíamos, el agua sabía a gloria.
Pero sin dudarlo, el
mejor momento antes de entrenar, fue el puntazo de tu abuela de: Ay Bea, ¡Cómo
creciste fía! (Naiara: 8-) Ese momento sabes que lo recordaremos siempre.
Aaaaaaay, con lo pequeñita que eres, y te me haces mayorcita.
Y como no, empezamos a llevarnos muy bien cuando un
día nos tocó juntas en la red y se nos ocurrió un gran disfraz para carnaval. Dinosauriaconejadown.
¡Qué disfraz más guapo teníamos en mente! Y al final acabó en un disfraz de
conejo. Y ahí fue cuando empezamos a quedar, al principio para hacer el
disfraz, pintar nuestra súper camiseta y como no, el día de carnaval. (Como
olvidarse del disfraz de la negra, de Lady Gaga).
(Eh, que conste que
no me olvido del baile de la gamba, ni de los días que me olvidaba los playeros
y entrenaba en converses, pero mejor no extenderse más con eso)
¡QUE ESTÁBAMOS MUY
LLOKASH BEAH!
Aunque todo esto
ahora nos resulte muy embarazoso pensarlo, hizo que nos fuéramos uniendo poco a
poco.
Antes no salías con
nosotras, pero ahora es muy raro salir un sábado y que tú no vengas. Es muy
raro estar en tribeka y que tú no estés por ahí bailando con algún tío extraño
detrás, y es inevitable estar bailando y dar una vueltecita o hacer uno de
nuestros gestitos.
Y a partir de ahí
empezamos a llevarnos cada vez más, empezamos a contarnos nuestras cosas y a
coger cada vez más confianza, hasta llegar a ahora, un punto en el que sé que
te podría contar todo lo que quisiera, y que puedo confiar en ti para lo que
quiera.
Sabes que mi vida
sería completamente distinta si tú no estuvieras, si no te conociera. Sería el
doble de aburrida. Que si tengo un día
malo se acaba en cuanto hablo contigo y me sueltas lo primero que te salga de
tu retorcida mentecita.
Que las tardes
aburridas, las comidas en la playa, las noches en tu casa o en la mía
acompañadas de un bañito en la piscina a las 12 y un cola-cao, brochetitas de
aceitunas y espaguitis y palomitas son insuperables. Que nuestro tuenti oculto,
nuestras conversaciones en las que parece que estamos metidas en una mafia
porque insultamos a todo el mundo, y las conversaciones extrañas con Carlos,
todo eso pasará a la historia.
Que pase lo que pase,
te vayas a estudiar a Alemania o no (jejeje) sé que siempre seguiremos siendo
amiguitas (cara buena) y que seguiremos siendo así de raritas, pero así de
felices al fin y al cabo. Que no quiero que dejemos de serlo por nada, y espero
seguir teniendo una segunda casa mucho tiempo (Tú sabes que la tendrás).
Y es que,
Como ya sabes
perfectamente, aunque te lo diga únicamente dos o tres veces al año, eres una
persona muy importante para mí.
Una de mis mejores
amigas, a la que le cuento todo y en quien confío ciegamente. Que sabes que
pondría la mano, el brazo o lo que hiciera falta en fuego por tí.
La
verdad, es que como ya sabes, hemos pasado demasiados momentos buenos como para
colocarlos todos en una simple carta. Pero espero poder recordarlos siempre, ya
que nos hemos reído muchísimo juntas, y nos hemos reído como poca gente
sabe. Y, por si no lo sabías esa es una
de las cosas que hacen que nuestra amistad se vaya haciendo cada vez más
fuerte.
Que tanto tú como yo
sabemos, pueden decir lo que quieran de nosotras, que seguiremos siendo igual
de felices, seguiremos riéndonos de todo y seguiremos encontrando una razón por
la que no amargarnos la vida.
Y para terminar, quiero darte las gracias por cada
día contigo, comiendo aceitunas, filipinos, spaguettis. Por cada noche en tu
casa o en la mía. Por cada secreto guardado. Por cada conversación de las
nuestras sin ningún sentido. Por cada vez que me has apoyado aunque las dos
sabíamos que lo que hacia era lo peor, y gracias tambien por decirme que eso no
era lo correcto.
Por todas las veces
que tenemos que salir corriendo al baño de la risa. Por todo lo sublime,
arquitectonico y apoteósico. Por aguantarme día a día. Por todos los veranos,
las comidas en la playa, por cada sábado, pero también por cada lunes, martes,
miércoles, jueves, viernes y domingo. Por cada palabra de ánimo cuando estaba
mal.
Por tener esa cabecita
para inventar ''el baile de la gamba''. Por elmo y su casita. Por cada
entrenamiento y cada carrera paraolímpica. Por Subenestrujenbajen y Elma
subestrujaybaja. Por los pozos y las despedidas de solteros. Por no aguantar la
risa cada vez que vamos en bus. Por mary poppins, los jonas brothers y la gente
gótica. Por hacer de un día de mierda un día sin parar de reir. Por ser como
eres, por quererme, y por seguir al lado mío día a día.
Y
por último, decirte que espero poder pasar muchos veinticincos de septiembre
felicitándote, y que todo siga siendo como ahora.
No
cambies nunca, eres genial.
Te
quiero muchísimo.